¿No os pasa que pensáis que hay ingredientes que huelen mejor que saben? Por ejemplo, cuando se están friendo pimientos, el olor es buenísimo, más que cuando nos los comemos (y eso que los pimientos fritos me chiflan).

El café. El olor a café es maravilloso, sobretodo por las mañanas cuando te levantas y pones la cafetera en el fuego. Yo, cuando vuelvo a la cocina, voy por el pasillo de casa teletransportada por su aroma. Y luego, te sirves una taza y ummmmmm, delicioso, pero el olor es mil veces mejor.

Os cuento que es imposible quedarse en la cocina mientras se está horneando este bizcocho. ¡¡Imposible!! El olor es embriagador. Dan ganas de abrir el horno e hincar el diente a "ese bollo" que huele tan bien.

Igualmente dan ganas de comerse el glaseado antes de echárselo por encima. Pero me resistí a hacer ambas cosas antes de tiempo, y así poderos enseñar esta receta.



INGREDIENTES

Para el bizcocho

• 1 taza de fresas picadas
• 2 cucharadas de harina
• 115 gr. de mantequilla (pomada)
• 250 gr. de azúcar
• 2 huevos tamaño L
• 1,5 cucharaditas de vainilla
• 1 cucharadita de levadura
• 1/2 cucharadita de sal
• 125 ml. de leche semidesnatada
• 220 gr. de harina

Para el glaseado

• 100 gr. de puré de fresas
• 70 gr. de queso crema
• 40 gr. de azúcar glas

ELABORACIÓN

Precalentamos el horno a 180º y engrasamos el molde.

En un bol mezclamos las fresas con las dos cucharadas de harina y reservamos (esto es para evitar que todas las fresas se vayan al fondo).

En la batidora mezclamos la mantequilla y el azúcar (1-2 min.) hasta que la mezcla esté ligera. Añadimos los huevos y la vainilla y mezclamos hasta que estén integrados.

Agregamos la levadura y la sal y seguimos mezclando. Por último añadimos la harina y la leche alternativamente, comenzando y terminando con la harina.

Agregamos las fresas en la masa, revolvemos y vertemos la masa en el molde. Horneamos 45-50 minutos.

Dejamos enfriar en el molde 10 minutos, desmoldamos y pasamos a una rejilla hasta que se enfríe por completo.


Para hacer el glaseado batimos el puré de fresas con el queso crema y el azúcar glas hasta que quede suave. Glaseamos el bizcocho, dejando que gotee por los lados.


La mezcla del queso crema con el puré de fresas me encanta. Le da mayor suavidad al bizcocho que ya de por sí es esponjoso y algo húmedo por las fresas que lleva en la masa.


Este año estoy aprovechando a tope la temporada de fresas y no creáis, que aún tengo alguna que otra receta guardada en el tintero.

Ahhh, se me olvidaba, con esta receta he estrenado un molde de "A loja do gato preto" en forma de flor que tenía desde Navidades y que aún lo tenía sin utilizar.