El nombrecito se las trae...

Estos cupcakes son unas mini tartitas de queso y limón con un frosting de chocolate blanco y mascarpone coronados con una margarita de fondant.

Más que para celebrar el comienzo del verano, podría decirse que son un homenaje a la primavera.


Me encanta el limón, los sabores ácidos y cítricos y las tartas de queso ¡¡¡me chiflan!!!

En mi línea de hacer cupcakes no demasiado empalagosos ahora que hace más calor (por fin), estos cupcakes son perfectos, incluso sin ponerles frosting.


INGREDIENTES

Para los cupcakes

• 60 gr. de mantequilla (pomada)
• 125 gr. de galletas tipo Digestive
• 100 gr. de azúcar
• 250 gr. de queso crema (yo usé Philadelphia)
• 2 huevos tamaño L
• 2 cucharaditas de zumo de limón
• ralladura de limón
• 125 ml. de nata para montar
• 40 gr. de harina

Para el frosting de chocolate blanco y mascarpone

• 120 gr. de chocolate blanco
• 100 ml. de nata para montar
• 75 gr. de queso mascarpone

ELABORACIÓN

Precalentamos el horno a 170º C y colocamos las cápsulas en la bandeja.

En un cazo disolvemos la mantequilla poniéndola a fuego medio. Luego agregamos las galletas trituradas y una cucharada de azúcar y mezclamos bien. Colocamos un poquito de esta mezcla en el fondo de cada cápsula, presionando con una cucharita. Metemos en el frigorífico para que se enfríen mientras preparamos la masa de los cupcakes.

En un bol batimos la crema de queso, el azúcar y los huevos. Añadimos la ralladura de limón, el zumo de limón y la nata y seguimos batiendo hasta que todos los ingredientes estén integrados. A continuación añadimos la harina y terminamos de mezclar.

Repartimos la mezcla en las cápsulas y horneamos 30 minutos. Los sacamos del horno y los dejamos enfriar 5 minutos y luego los pasamos a una rejilla.

Una vez fríos se meten en el frigorífico al menos durante 3 horas.


El ganache de chocolate lo haremos el día antes, poniendo a calentar la nata y cuando burbujee, la retiramos del fuego y añadimos el chocolate en trocitos y movemos hasta que se disuelva. Lo volcamos en un bol y lo dejamos que se enfríe antes de meterlo en el frigorífico y lo dejamos toda la noche.

Al día siguiente vertemos el ganache en un recipiente muy frío y batimos hasta que tenga una textura firme como la de la nata montada y añadimos el queso mascarpone, mezclándolo  bien.


Veis lo que os decía... Es como una mini tartita: con su base, su bizcocho y su decoración...  Con la textura hueca y esponjosa de una tarta de queso y el tamaño de un cupcake.


Esperemos que el calor ya se quede definitivamente y estos cupcakes marquen el comienzo de este verano tan esperado y que tanto se está haciendo de rogar.