Es temporada de cerezas y al igual que me pasa con las fresas, ¡¡me encantan!!

 
Bueno, en realidad me gustan mucho todas las frutas rojas, y aunque hoy en día se pueden encontrar en las fruterías durante todo el año, merece la pena aprovechar las temporadas de cada una de ellas.


Esta receta es una mezcla entre un coulant y un pastel de fruta. No es nada pesada, porque apenas lleva harina y está riquísima (los catadores oficiales que se manifiesten, jejejeje).


INGREDIENTES (para 4 ramequines)

• 200 gr. de cerezas (deshuesadas)
• 40 gr. de mantequilla (para saltear las cerezas)
• 2 huevos
• 125 gr. de azúcar
• 55 gr. de harina
• 1 cucharadita de levadura
• 100 gr. de chocolate negro
• 100 gr. de mantequilla
• Licor de cerezas (kirsch)
• Hojitas de menta (para adornar)
• Azúcar glass (para adornar)

ELABORACIÓN

Precalentamos el horno a 200ºC.

Ponemos la mantequilla (40 gr.) en un recipiente y lo llevamos al fuego. Cuando la mantequilla esté fundida añadimos las cerezas y salteamos y dejamos que se hagan  durante un par de minutos y reservamos.

Fundimos el chocolate y la mantequilla en el microondas y removemos ambos ingredientes hasta que estén perfectamente integrados. Entonces añadimos un chorrito (a gusto) de licor de cerezas. Reservamos.

Batimos los huevos con el azúcar. Añadimos el chocolate, la harina tamizada con la levadura y mezclamos bien. Agregamos las cerezas que previamente habremos deshuesado y repartimos la mezcla en moldecitos individuales aptos para horno.

Horneamos durante 20 y sacamos los moldes sólo para poner unas cerezas encima y volvemos a meter en el horno aproximadamente durante 5 ó 10 minutos más o hasta que al pincharlos con un palillo, éste salga limpio.

Sacamos del horno y adornamos con azúcar glas espolvoreada y unas hojitas de menta.


Una receta sencilla y rápida y sobretodo riquísima. Se me ocurre que se podrían sustituir las cerezas por naranja, que es una combinación que me encanta (chocolate-naranja).


No me digáis que ¿no os gustan las tiritas de naranja confitada bañadas de chocolate? Ummmmmmm...


Mañana estrenamos mes. Las vacaciones están a la vuelta de la esquina y tengo tantas cosas en mente que quiero hacer.

Ya os iré contando...

El nombrecito se las trae...

Estos cupcakes son unas mini tartitas de queso y limón con un frosting de chocolate blanco y mascarpone coronados con una margarita de fondant.


Más que para celebrar el comienzo del verano, podría decirse que son un homenaje a la primavera.


Me encanta el limón, los sabores ácidos y cítricos y las tartas de queso ¡¡¡me chiflan!!!

En mi línea de hacer cupcakes no demasiado empalagosos ahora que hace más calor (por fin), estos cupcakes son perfectos, incluso sin ponerles frosting.


INGREDIENTES

Para los cupcakes

• 60 gr. de mantequilla (pomada)
• 125 gr. de galletas tipo Digestive
• 100 gr. de azúcar
• 250 gr. de queso crema (yo usé Philadelphia)
• 2 huevos tamaño L
• 2 cucharaditas de zumo de limón
• ralladura de limón
• 125 ml. de nata para montar
• 40 gr. de harina

Para el frosting de chocolate blanco y mascarpone

• 120 gr. de chocolate blanco
• 100 ml. de nata para montar
• 75 gr. de queso mascarpone

ELABORACIÓN

Precalentamos el horno a 170º C y colocamos las cápsulas en la bandeja.

En un cazo disolvemos la mantequilla poniéndola a fuego medio. Luego agregamos las galletas trituradas y una cucharada de azúcar y mezclamos bien. Colocamos un poquito de esta mezcla en el fondo de cada cápsula, presionando con una cucharita. Metemos en el frigorífico para que se enfríen mientras preparamos la masa de los cupcakes.

En un bol batimos la crema de queso, el azúcar y los huevos. Añadimos la ralladura de limón, el zumo de limón y la nata y seguimos batiendo hasta que todos los ingredientes estén integrados. A continuación añadimos la harina y terminamos de mezclar.

Repartimos la mezcla en las cápsulas y horneamos 30 minutos. Los sacamos del horno y los dejamos enfriar 5 minutos y luego los pasamos a una rejilla.

Una vez fríos se meten en el frigorífico al menos durante 3 horas.


El ganache de chocolate lo haremos el día antes, poniendo a calentar la nata y cuando burbujee, la retiramos del fuego y añadimos el chocolate en trocitos y movemos hasta que se disuelva. Lo volcamos en un bol y lo dejamos que se enfríe antes de meterlo en el frigorífico y lo dejamos toda la noche.

Al día siguiente vertemos el ganache en un recipiente muy frío y batimos hasta que tenga una textura firme como la de la nata montada y añadimos el queso mascarpone, mezclándolo  bien.


Veis lo que os decía... Es como una mini tartita: con su base, su bizcocho y su decoración...  Con la textura hueca y esponjosa de una tarta de queso y el tamaño de un cupcake.


Esperemos que el calor ya se quede definitivamente y estos cupcakes marquen el comienzo de este verano tan esperado y que tanto se está haciendo de rogar.

Un bundt cake para quien no lo sepa (yo hasta hace unos meses no lo sabía), es un bizcocho de masa batida que se hornea en un molde llamado "bundt" que tiene forma de corona, con un tubo central hueco por donde pasa el aire caliente durante el horneado y con las formas y las aristas muy marcadas.


Los moldes más famosos, más chulis y más caros, carísimos, son los de la marca NordicWare, aunque hay muchísimas marcas y modelos, a cual más bonito.


Mi molde es de silicona, que no es por nada pero, mucho más fácil a la hora de desmoldar.

Decidí hacer este bundt un poco sobre la marcha, porque uno de mis mejores amigos me había invitado a cenar a su casa y no quería ir con las manos vacïas.


INGREDIENTES

• 225 gr. de mantequilla (pomada)
• 200 gr. de azúcar
• 320 gr. de harina
• 4 huevos tamaño L
• 2 yemas
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• 1/2 cucharadita de levadura
• 1/4 cucharadita bicarbonato
• 175 gr. de chocolate blanco
• 125 ml. de nata líquida
• 125 ml. de buttermilk (*)
• 200 gr. de frutos rojos congelados

(*) Para hacer la buttermilk ya sabéis que sólo tenemos que echar una cucharadita de limón en 125 ml. de leche y dejarlo 15 minutos sin remover.



ELABORACIÓN

Precalentamos el horno a 170º C y engrasamos un molde de bundt cake con mantequilla.

Hacemos un ganaché con el chocolate blanco y la nata, calentando ésta hasta que haga burbujitas y luego echando el chocolate y revolviendo hasta que se deshaga por completo. Reservamos.

Tamizamos la harina con la levadura y el bicarbonato y reservamos.

Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que blanquee y obtengamos una crema suave. Añadimos las yemas y los huevos uno a uno y mezclamos bien. Agregamos el extracto de vainilla y mezclamos.

Comenzamos a añadir la harina alternativamente con la buttermilk y mezclamos bien hasta obtener una masa homogénea. A continuación agregamos el ganaché de chocolate y mezclamos bien con la ayuda de una espátula.

Por último agregamos los frutos rojos congelados con movimientos envolventes hasta que estén bien integrados.

Volcamos la mezcla en el molde y dejamos que se vaya extendiendo. Luego golpeamos el molde suavemente contra la mesa para así elimiar cualquier burbuja de aire. Horneamos durante 70-80 minutos dependiendo del horno, o hasta que si lo pinchamos el palito salga limpio.

Cuando lo sacamos del horno lo dejamos enfriar 10 minutos antes de desmoldarlo.


Perfecto para el postre y ¡¡¡todo un exitazo!!!. Con deciros que el domingo se iba de viaje y se lo llevó en la maleta para desayunar....


Amistad + bundt cake = perfecta combinación.

Ahora que hace tanto calor, prefiero que los cupcakes no lleven buttercream ya que me resultan un poco pesados y empalagosos. Casi los prefiero rellenos de mermelada o de frutas o "sin más na", sólo la propia masa del cupcake.


Aprovechando que los "red velvet" son precisamente eso, aterciopelados y esponjosos y que, aunque el rojo no es mi color preferido, las fotos quedan súper alegres cuando predomina este color en ellas...


INGREDIENTES

• 175 gr. de harina
• 1 cucharadita de bicarbonato
• 1/4 cucharadita de sal fina
• 2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
• 120 gr. de azúcar
• 125 ml. de aceite de girasol
• 1 huevo tamaño L
• 120 ml. de buttermilk (120 ml. de leche + 1 cucharadita de zumo de limón)
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• 1/4 cucharadita de colorante en pasta rojo
• Azúcar glacé (para decorar)

ELABORACIÓN

Precalentar el horno a 170º y preparar la bandeja con las cápsulas.

Tamizamos la harina con el bicarbonato, la sal y el cacao en polvo y reservamos.

En otro recipiente batimos el huevo con el azúcar y sin dejar de batir añadimos el aceite, el extracto de vainilla y la buttermilk.

A continuación vamos añadiendo poco a poco la harina y cuando esté la mezcla completamente integrada, iremos añadiendo el colorante para conseguir el color con la intensidad deseada.

Repartimos la mezcla en los moldes y horneamos 20 minutos. Los sacamos del horno y los dejamos enfriar 5 minutos y luego los pasamos a una rejilla.



Aunque no es la primera vez que hago red velvet, sí es la primera vez que no los pongo buttercream o frosting... Decidí adornarlos simplemente con azúcar glacé.

 
Utilicé un cortador de galletas, con el que saqué una plantilla en papel para ponerla en cada cupcake y luego espolvorear el azúcar por encima.


Cupcake sin buttercream = cupcake más ligero = me como dos si quiero... Jejejejeje.

Hace unas semanas me encargaron unos cupcakes para una niña con intelorancia al gluten. Nunca antes había hecho cupcakes con otra harina que no fuera de trigo, así que fueron mis primeros cupcakes aptos para celiacos.


Estaba un poco preocupada, no sólo por el tema de la harina, sino porque también hay muchos ingredientes que tienen trazas de gluten e incluso porque los recipientes que utilizamos también las tienen.


Así que me leí bien todas las etiquetas y lavé a conciencia todos los utensilios...


INGREDIENTES

Para los cupcakes

• 90 gr. de harina de arroz
• 90 gr. de harina de maiz (Maizena)
• 1,5 cucharaditas de levadura
• 200 gr. de azúcar moreno
• 3 huevos tamaño M
• 100 ml. de aceite de oliva
• 40 gr. de cacao en polvo sin azúcar (yo utilicé Valor)
• 120 ml. de leche
• 1 cucharadita de vainilla

Para la cobertura

Continuamos con las fresas, que hay que aprovechar. Ya vendrán las frutas veraniegas: el melón, los albaricoques, los melocotones, la sandía, las chirimoyas... y haremos otros postres.

Mis hijas ya han cogido carrerilla. Me apuesto lo que queráis a que cuando hay que llevar algo de comer al cole, se ofrecen voluntarias para llevar algo dulce. Lo digo porque el fin de semana tuve que hacer una tarta para que Patricia la llevara el lunes al colegio.


Aprovechando que hace un par de semanas me regalaron el libro "1 masa, 100 tartas", entre las dos elegimos una tarta, con fresas, claro.

INGREDIENTES

• 500 gr. de fresas
• 250 gr. de queso mascarpone
• 170 gr. de harina
• 170 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
• 1,5 cucharaditas de levadura
• 180 gr. de azúcar glass
• 3 huevos tamaño L
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• 2 cucharaditas de sirope de fresa
• 2 cucharadas de leche
• Azúcar glas y algunas fresas para decorar

ELABORACIÓN

Precalentamos el horno a 180º C. Engrasamos un molde (yo utilicé uno tipo pudin) y lo forramos con papel para hornear.

Tamizamos la harina y la levadura. Agregamos la mantequilla, el azúcar, los huevos y el extracto de vainilla y batimos hasta que todos los ingredientes estén perfectamente integrados. Posteriormente añadiremos la leche sin dejar de batir.

Vertemos la masa en el molde y horneamos unos 25 minutos hasta que suba y esté dorada. Sacamos la tarta del horno y la dejamos que se enfríe en el molde.

Mientras la tarta se enfría aprovechamos para limpiar las fresas y cortarlas en trocitos, mezclándolas con el queso mascarpone. Yo le añadí un poquito de azúcar glass a esta mezcla, además de dos cucharaditas de sirope de fresa, para darla más sabor.

Cuando esté fría la cortamos transversalmente dividiéndola en tres parte y la rellenamos con la mezcla del queso y las fresas troceadas.

Espolvoreamos con azúcar glass y colocamos unas fresas cortadas en láminas, para adornar.

Creo que tuvo mucho éxito. La cortaron en trocitos pequeñitos para que todos los niños de clase pudieran probarla...


¡¡¡Mola que presuman de madre repostera!!!! Yo estoy encantada y ellas más.