Y digo yo, con el frío y el mal tiempo que hace tanto en España como en Europa, deberíamos plantearnos hacer un reto invernal de escapadas a destinos cálidos, ¿qué os parece la idea? Porque no hay manera de quitarnos ni el gorro ni la bufanda...

De nuevo viajamos al norte de Europa, a orillas del frío mar Báltico, y digo frío con conocimiento de causa ya que me bañé en él, aún estando congelado, en un viaje que hice muy al norte de Finlandia, al Círculo Polar Ártico. Bueno, pero no me quiero desviar del tema, en pleno mes de febrero y con una temperatura de 0º C y el cielo cubierto de nubes, aterrizamos en Vilnus, capital de Lituania.


Vecina del reto #reposterasporeuropa de enero que nos llevó a Letonia, Lituania es uno de los tres países bálticos que se independizó de la URSS en los años 90. Es una gran desconocida y cuenta con grandes atractivos turísticos tantos en las ciudades como en su entorno natural.


En Vilnus, su capital, destaca su centro histórico peatonal con preciosas iglesias barrocas y su Universidad. Cuenta con un ambiente nocturno interesante sobretodo en verano. En Kaunas, la segunda ciudad en importancia, destacan la visita a la Ciudad Vieja y a su castillo. Klaipeda tiene un bonito casco histórico con edificios de los siglos XVIII y XIX. Niva y Palanga son ciudades costeras con las mejores playas del país.


Quizás la ciudad más turística sea Trakai, enclavada en un entorno natural junto a un gran lago con una isla que alberga un castillo medieval en el que se organizan exposiciones y conciertos. Un dato curioso es que según el Instituto Geográfico Francés, el centro geográfico de Europa se encuentra a 26 km. al norte de Vilnus y aunque en ese lugar sólo hay una columna, debe ser curioso pensar que cuando lo visitamos estamos pisando exactamente en el mismo centro del continente.

Pero si lo que queréis es relajaros, podéis acudir al centro termal y balneario localizado en Druskininkai situado en un precioso entorno junto al lago Druskonis.


En cuanto a su gastronomía deciros que los lituanos en verano comen las frutas y verduras cosechadas en sus huertos y las bayas cogidas en sus bosques, y cuando llega el otoño, las estanterías de sus despensas están repletas de conservas, zumos y mermeladas preparadas por ellos mismos.

Las recetas lituanas tienen mucho en común con la cocina alemana y polaca. Dos de sus ingredientes principales son las patatas y los lácteos, que son típicos en los "blyneliai" y "varskeciai", tortas que se sirven acompañadas de nata agria y caviar o diversos ahumados o las “vėdarai" o salchichas de patata, o en los "cepelinai", que son bolas de patatas rellenas de queso, carne o setas o la típica sopa de remolacha, llamada “šaltibaršciai”. También forman parte de la dieta habitual lituana el salmón, el arenque, la carne de cerdo y el pan de centeno. También es famosa su cerveza a la que son muy aficionados. Otra de sus bebidas preferidas es la "gira", licor de graduación alta elaborado con cereales fermentados, fruta y pan de centeno o el "stakliskes", un suave licor de miel.


Y en cuanto a repostería se refiere, la tarta tradicional de Lituania se llama "Shakotis", y es un pastel en capas que cuando se corta se ven los anillos característicos que le dan su nombre, que traducido significa "pastel de árbol" por su forma.


El "kutia" es una especie de pudin dulce elaborado con granos de cereal que se toma en Navidad. El "tinginys" es un dulce que se preparar con chocolate, azúcar, leche condensada y galletas. Es parecido al salame di cioccolato que ya preparé hace tiempo y que está riquísimo.

Yo me he decidido por esta tarta de manzana o "apple sharlotka" que no sólo se prepara en Lituania sino también en países vecinos como Rusia y Polonia. A continuación os dejo la receta.


INGREDIENTES

• 4 manzanas grandes Granny Smith
• 3 huevos tamaño L
• 200 gr. de azúcar
• 125 gr. de harina
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• Canela en polvo (para decorar)
• Azúcar glacé (para decorar)

ELABORACIÓN

Precalentamos el horno a 180º C. Cubrimos la base de un molde desmontable de 20 cm. con papel de horno y lo engrasamos.

Pelamos las manzanas, las descorazonamos y las cortamos en láminas y luego en trozos. La echamos directamente en el molde.

En el vaso de la batidora de pie batimos los huevos con el azúcar a velocidad alta hasta que blanqueen y aumenten de volumen. Agregamos la vainilla y seguimos batiendo.

Tamizamos la harina y la añadimos y mezclamos bien con una cuchara o con una espátula.

Vertemos la masa sobre las manzanas cubriéndolas y distribuyendo bien la masa, presionando la masa para que se meta entre las manzanas. Se tienen que quedar las manzanas de la parte superior al descubierto.

Horneamos de 55 a 60 minutos o hasta que insertando un palillo, éste salga limpio. Dejamos reposar en el molde 10 minutos y después la desmoldamos en el plato donde la vayamos a servir.

Espolvoreamos con canela molida. Se puede tomar templado o frío. En el momento de servir espolvoreamos con azúcar glacé.

También podemos acompañarlo con un poco de helado de vainilla o de nata montada.

Una tarta riquísima ya os lo adelanto. Muy cremosa y jugosa que con un chocolate bien caliente para combatir estos días tan fríos, es la merienda perfecta antes de salir a pasear por las calles de la capital lituana.


Tampoco es que haya encontrado una gran variedad de postres propios exclusivamente de Lituania, porque estos países, tanto el destino anterior como éste, comparten muchos postres similares, influenciados por el gran gigante ruso.


La textura de esta tarta es muy cremosa, suave y húmeda, pareciera que no está bien cuajada, pero es que en su masa y gran cantidad de manzanas y no demasiada harina, por eso queda tan hueca.

Sólo puedo deciros que está riquísima y que deberíais probarla e incorporarla a vuestra lista de recetas pendientes. ¡No os vais a arrepentir!